CORUBIN
LAZAR
Betabloqueante con acción vasodilatadora.
Composición.
Cada comprimido contiene: carvedilol 6,25mg, 12,5mg y 25mg. Excipientes: crospovidona, estearato de magnesio, aerosil, lactosa, povidona, sacarosa, óxido de hierro rojo, óxido de hierro amarillo.
Propiedades.
Acción terapéutica: antihipertensivo, antianginoso, tratamiento de la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) (clases II-III NYHA).
Farmacología.
El efecto betabloqueante significativo se observa dentro de la hora de administrado el carvedilol. Se ha demostrado actividad alfabloqueante, observándose que el carvedilol atenúa el efecto presor de la fenilefrina, produce vasodilatación y reduce la resistencia vascular periférica. Estos efectos contribuyen a la reducción de la presión arterial y usualmente se evidencian a los 30 minutos de la administración. En pacientes hipertensos con función renal normal, dosis terapéuticas de carvedilol disminuyen la resistencia vascular renal sin alterar el filtrado glomerular ni el flujo plasmático renal. El carvedilol administrado por un mínimo de 4 semanas reduce significativamente la concentración de renina plasmática e incrementa los niveles de péptido natriurético atrial. El carvedilol reduce significativamente la presión arterial sistémica, la presión arterial pulmonar, la presión en la aurícula derecha, la resistencia vascular periférica y la frecuencia cardíaca, mientras que incrementa el volumen sistólico.
Farmacocinética.
El carvedilol es rápida y extensamente absorbido luego de la administración oral, con una biodisponibilidad absoluta de aproximadamente 25-35% debido a un importante metabolismo hepático de primer paso. Luego de la administración oral, el valor medio aparente de vida media de eliminación del carvedilol es de 7 a 10 horas. La concentración plasmática alcanzada es proporcional a la dosis administrada. Cuando se administra junto con alimentos, el índice de absorción se enlentece, lo cual se evidencia por un retardo en el tiempo requerido para alcanzar los niveles pico plasmáticos, sin diferencia significativa en el grado de biodisponibilidad. Ingerir carvedilol con el alimento minimiza el riesgo de hipotensión ortostática. El carvedilol tiene más de un 98 % de unión a proteínas, principalmente albúmina.
Indicaciones.
Insuficiencia cardíaca (IC): CORUBIN está indicado para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca leve a severa, por miocardiopatía o de etiología isquémica. Hipertensión arterial: CORUBIN está indicado para el tratamiento de la hipertensión arterial esencial.
Dosificación.
Insuficiencia cardíaca: la dosis debe ser individualizada y controlada cuidadosamente por el médico tratante durante la titulación. Se recomienda minimizar la retención hidrosalina antes del inicio de tratamiento con CORUBIN. La dosis recomendada de inicio es de 3,125mg dos veces al día durante dos semanas. Los pacientes que toleren esta dosis pueden aumentar la dosis de manera progresiva a 6,25, 12,5 y 25mg dos veces al día, en intervalos sucesivos de al menos dos semanas. Si el paciente presentara bradicardia (frecuencia cardíaca menor a 55 latidos por minuto), debería reducirse la dosis de carvedilol. Hipertensión arterial: la dosis debe ser individualizada. La dosis recomendada de inicio de CORUBIN es de 6,25mg dos veces al día. Si esta dosis es tolerada -utilizando como guía la presión sistólica en posición de pie medida alrededor de una hora después de la administración oral-, la misma puede mantenerse por 7 a 14 días, y luego aumentarse a 12,5mg dos veces al día si es necesario. Esta dosis de 12,5mg debería también mantenerse por 7 a 14 días antes de aumentar a 25mg dos veces diarias si es necesario y es tolerado. El efecto antihipertensivo máximo del carvedilol se observa dentro de los 7 a 14 días. La dosis diaria total no debería exceder los 50mg. La administración conjunta con un diurético puede producir un efecto aditivo y exagerar el componente ortostático de la acción del carvedilol.
Contraindicaciones.
CORUBIN está contraindicado en: pacientes con asma bronquial o condiciones asociadas a hiperreactividad bronquial. Bloqueo AV de segundo o tercer grado. Síndrome de seno enfermo. Bradicardia severa -a menos que el paciente tenga colocado un marcapasos definitivo-. Shock cardiogénico. IC descompensada que requiera terapia inotrópica intravenosa. No se recomienda administrar CORUBIN en pacientes con deterioro hepático evidente. CORUBIN está contraindicado en pacientes con alergia al carvedilol.
Reacciones adversas.
Los siguientes efectos adversos fueron comunicados con una frecuencia de más del 2%, y más frecuentemente con carvedilol que con placebo en pacientes con IC leve a moderada: mareos, fatiga, hiperglucemia, bradicardia, hipotensión, cefalea, diarrea, náuseas, vómitos, aumento de peso, edema generalizado, aumento de los niveles de digoxina, artralgias. Los siguientes adversos fueron comunicados con una frecuencia de más del 1%, pero menos del 2%, y más frecuentemente con carvedilol en ensayos clínicos controlados con placebo en pacientes con IC leve a moderada. Cuerpo en general: alergia, malestar, hipovolemia. Aparato cardiovascular: sobrecarga de líquidos, hipotensión postural, agravamiento de angor pectoris. Sistema nervioso central y periférico: hipoestesia, vértigo, parestesias. Aparato gastrointestinal: melena, periodontitis. Hígado y vías biliares: aumento de TGO, aumento de TGP, aumento de la fosfatasa alcalina. Metabolismo: hiperuricemia, hipoglucemia, hiponatremia, glucosuria, hipervolemia. Coagulación: disminución de protrombina, púrpura, trombocitopenia. Psiquiatría: somnolencia. Aparato reproductor: impotencia. Aparato urinario: insuficiencia renal, albuminuria.
Precauciones.
Generales: debido a que CORUBIN posee actividad betabloqueante, el tratamiento no debería suspenderse abruptamente, especialmente en pacientes con cardiopatía isquémica. En su lugar, debería discontinuarse paulatinamente en el curso de una o dos semanas, siempre que ello fuera posible. En ensayos clínicos, el carvedilol causó bradicardia en aproximadamente el 2% de los pacientes hipertensos, y el 9% de los pacientes con ICC. Si la frecuencia del pulso disminuye a menos de 55 latidos por minuto, debe reducirse la dosis de carvedilol. En un estudio a largo plazo, controlado con placebo, en pacientes con IC severa, la hipotensión e hipotensión postural ocurrieron en el 15,1%, y el síncope en el 2,9% de los pacientes con IC en tratamiento con carvedilol, mientras que en los pacientes que recibían placebo se observaron en el 8,7% y el 2,3% de los casos, respectivamente. Estos eventos produjeron la discontinuación del tratamiento en el 1,1% de los pacientes tratados con carvedilol, y del 0,8% de los pacientes que recibían placebo. La hipotensión postural se observó en el 1,8% y el síncope en el 0,1% de los pacientes hipertensos, especialmente luego de la primera dosis o en el momento de incrementar la misma, y fue causa de discontinuación del tratamiento en el 1% de los casos. Para disminuir la probabilidad de síncope o hipotensión excesiva, el tratamiento debería iniciarse con 3,125mg dos veces diarias para pacientes con IC, y 6,25mg dos veces diarias para pacientes hipertensos. Los incrementos de dosis deben realizarse lentamente, y el medicamento debería ingerirse con las comidas. El uso de carvedilol en pacientes con ICC ha producido raramente deterioro de la función renal. Los pacientes en riesgo parecen ser aquellos con baja presión arterial (menos de 100mmHg de TA sistólica), cardiopatía isquémica y enfermedad vascular difusa y/o insuficiencia renal subyacente. La función renal retornó al estado previo al suspender el tratamiento con carvedilol. En estos pacientes, se recomienda controlar la función renal durante la titulación de la dosis, suspendiendo el tratamiento o reduciendo la dosis si se presenta alguna alteración de la función renal. Durante la titulación de la dosis de carvedilol puede producirse agravamiento de la IC, o bien retención hidrosalina. Si esto ocurriera, la dosis de carvedilol no debe aumentarse hasta que la situación clínica se estabilice, y se debería aumentar la dosis de diuréticos. Ocasionalmente es necesario disminuir la dosis de carvedilol, o discontinuarlo transitoriamente. Estos eventos no impiden la titulación exitosa ni la respuesta favorable al tratamiento con carvedilol. En un estudio controlado con placebo sobre pacientes con IC severa, el agravamiento observado de la IC durante los primeros tres meses de tratamiento fue de un grado similar con carvedilol que con placebo. Cuando el tratamiento se prolongó más allá de los tres meses, el empeoramiento de la IC fue comunicado menos frecuentemente en el grupo tratado con carvedilol que en el grupo placebo. El empeoramiento de la IC observado durante un tratamiento a largo plazo está más probablemente relacionado a la enfermedad subyacente que al tratamiento con carvedilol. En pacientes portadores de un feocromocitoma, antes de utilizar un agente betabloqueante debe indicarse un alfabloqueante. Si bien el carvedilol tiene actividad tanto alfa como betabloqueante, no hay experiencia sobre su utilización en este contexto clínico. Los fármacos con acción betabloqueante no selectiva pueden provocar dolor anginoso en pacientes con angina variante de Prinzmetal. No existe experiencia con el carvedilol en estas circunstancias, si bien su actividad alfabloqueante puede prevenir dichos síntomas. En pacientes portadores de ICC con diabetes, la terapia con carvedilol puede llevar a un empeoramiento de la hiperglucemia, que responde a la intensificación de la terapia hipoglucemiante. Riesgo de reacción anafiláctica: los pacientes con historia de reacción anafiláctica severa pueden ser más reactivos a una nueva exposición al alérgeno -ya sea accidental, diagnóstica o terapéutica- cuando están en tratamiento con betabloqueantes. Estos pacientes pueden no responder a las dosis de epinefrina que se utilizan comúnmente para tratar la reacción anafiláctica. Broncospasmo de etiología no alérgica (bronquitis crónica, enfisema): los pacientes portadores de hiperreactividad bronquial no deben, en general, recibir betabloqueantes. Sin embargo, en pacientes que no toleran o no responden a otros antihipertensivos, CORUBIN puede ser usado con gran precaución. Si esto ocurre, es prudente utilizar la dosis más baja posible de manera que la inhibición sobre los beta-agonistas endógenos o exógenos sea mínima.
Interacciones.
Agentes deplecionantes de catecolaminas: los pacientes que reciben betabloqueantes y alguna droga deplecionante de catecolaminas, como la reserpina o los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) deben ser observados cuidadosamente en búsqueda de signos de hipotensión y/o bradicardia severa. Clonidina: la administración concomitante de clonidina con un betabloqueante puede potenciar el efecto hipotensor y bradicardizante. Cuando se decida discontinuar el tratamiento combinado, en primer término debe suspenderse el betabloqueante. La clonidina puede discontinuarse algunos días después, disminuyendo gradualmente la dosis. Digoxina: cuando se administra junto con carvedilol, las concentraciones de digoxina aumentan en un 15%. Tanto la digoxina como el carvedilol enlentecen la conducción AV. Por ello, se recomienda controlar la concentración de digoxina cuando se inicie, ajuste o suspenda la administración de carvedilol. Inductores e inhibidores del metabolismo hepático: la rifampicina reduce las concentraciones plasmáticas de carvedilol en un 70%. La cimetidina aumenta el ABC en un 30%, sin cambios en la Cmáx. Bloqueantes cálcicos: se han observado casos aislados de trastornos de conducción cardíaca -raramente con compromiso hemodinámico- durante la coadministración de carvedilol y diltiazem. Como ocurre con otros betabloqueantes, en la administración de CORUBIN con bloqueantes cálcicos como el verapamilo o el diltiazem se recomienda controlar el ECG y la presión arterial. Insulina o hipoglucemiantes orales: los betabloqueantes pueden aumentar el efecto hipoglucemiante de la insulina o los agentes orales. Por ello, en pacientes en tratamiento con alguna de estas drogas se recomienda controlar regularmente la glucemia. Anestesia y cirugía mayor: si el tratamiento con carvedilol se continúa en el perioperatorio, se debe guardar especial cuidado cuando se utilicen anestésicos que pueden deprimir la función miocárdica, como el éter, el ciclopropano y el tricloroetileno. Embarazo: efectos teratogénicos: categoría C. No hay estudios controlados en humanos, por lo que CORUBIN debe utilizarse en el embarazo sólo cuando a juicio del médico el beneficio justifique el potencial riesgo fetal. Lactancia: estudios en ratas han demostrado que el carvedilol y sus metabolitos -como otros betabloqueantes- atraviesan la placenta y se excretan en la leche. En humanos, no se sabe si la droga se elimina en la leche materna. Debido a que muchas drogas se excretan en la leche y por la posibilidad de efectos adversos serios por la acción del betabloqueante en el lactante -especialmente bradicardia- se debe considerar la suspensión de la lactancia o bien la suspensión del tratamiento, considerando la importancia del tratamiento para la madre. Uso en pediatría: la seguridad y eficacia en menores de 18 años no ha sido establecida.
Conservación.
Mantener en lugar fresco (15-30°C), protegido de la luz, en su envase original.
Sobredosificación.
La sobredosis de carvedilol puede causar hipotensión severa, bradicardia, insuficiencia cardíaca, shock cardiogénico y paro cardíaco. También pueden presentarse problemas respiratorios severos, broncospasmo, vómitos, episodios de pérdida de conciencia y convulsiones generalizadas. Ante la eventualidad de una sobredosificación, concurrir al Hospital más cercano o comunicarse con los Centros de Toxicología: Hospital de Clínicas Gral. San Martín: (011) 4961-6001; Hospital de Pediatría Ricardo Gutiérrez: (011) 4962-6666/2247; Hospital de Pediatría Dr. Garrahan: (011) 4941-8650; Hospital A. Posadas: (011) 4654-6648/4658-7777.
Presentación.
CORUBIN® 6,25mg: Envases de 28 comprimidos. CORUBIN® 12,5mg: Envases de 28 comprimidos. CORUBIN® 25mg: Envases de 28 comprimidos.