Fluorometolona

Acción terapéutica.

Corticoide de uso oftálmico.

Propiedades.

La fluorometolona es un corticoide de uso oftálmico; el acetato es más efectivo en el tratamiento de la inflamación ocular externa que la forma neutra. Inhibe la respuesta inflamatoria frente a numerosos agentes y, probablemente, retrase la curación. Inhibe la formación de edema, la deposición de fibrina, la migración leucocitaria, la dilatación y proliferación capilar, la proliferación de fibroblastos, la deposición de colágeno y la formación de cicatrices debidas al proceso inflamatorio. El mecanismo de acción no se ha aclarado, aunque se piensa que el fármaco induce la formación de proteínas inhibidoras de la fosfolipasa A2, lo que produciría la disminución de la síntesis de prostaglandinas y leucotrienos. Los corticoides son capaces de producir un aumento de la presión intraocular; la fluorometolona también produce este efecto; sin embargo, el tiempo requerido para alcanzar un mismo valor de presión es más prolongado con esta droga que con la dexametasona. Debido a que la fluorometolona, como otros corticoides, puede interferir en la capacidad de defensa del sistema inmunitario, se considera conveniente asociar a estos fármacos un agente antimicrobiano, que muchas veces se incorpora ya en los productos comerciales.

Indicaciones.

Patologías inflamatorias de la conjuntiva palpebral y bulbar, de la córnea y del segmento anterior del globo ocular sensible a corticoides. Combinada con un antibiótico se indica para el tratamiento de las inflamaciones sensibles a corticoides en las que se detecte una infección ocular bacteriana superficial o donde existe el riesgo de infección.

Dosificación.

Instilar en el ojo 1 gota de una solución de fluorometolona al 0,1% (o de acetato de fluorometolona al 0,1% o al 0,25%) 2 a 4 veces por día.

Reacciones adversas.

Elevación de la presión intraocular, glaucoma, daño en el nervio óptico (infrecuente), formación de cataratas en la región subcapsular posterior y retraso de la curación de lesiones. Con los corticoides se ha informado la aparición de uveítis anterior aguda con perforación del ojo, úlcera corneana, queratitis, conjuntivitis, midriasis, pérdida de la acomodación e hiperemia conjuntival.

Precauciones y advertencias.

No inyectar en el ojo. El uso prolongado puede favorecer el desarrollo de glaucoma. Si se administra durante más de 10 días, la presión intraocular debe ser monitoreada de rutina. Inmunosupresión en otros tejidos y órganos puede observarse por su uso prolongado. Este fármaco puede exacerbar la severidad de varias infecciones virales; usar con precaución en pacientes con antecedentes de herpes simple. El uso ulterior a cirugía de cataratas puede retrasar la curación. Si la inflamación persiste o se agrava luego de 48 horas de la primera administración de fluorometolona, suspender la medicación. No usar en mujeres embarazadas a menos que el beneficio para la madre supere el riesgo potencial para el feto (efecto teratogénico demostrado en animales). El amamantamiento debe suspenderse si se decide administrar fluorometolona a la mujer en lactación. No se ha establecido su seguridad y eficacia en niños menores de 2 años.

Contraindicaciones.

Enfermedades virales de la córnea y de la conjuntiva, incluida la queratitis epitelial por herpes simple (queratitis dendrítica) y la infección por virus vaccinia y varicela. También en caso de infecciones micobacterianas (tuberculosis ocular) y de infecciones debidas a hongos. Las infecciones agudas purulentas no tratadas, así como otras enfermedades microbianas pueden ser enmascaradas por la fluorometolona. Hipersensibilidad a la fluorometolona.

Medicamentos que contienen Fluorometolona y otro principio activo